En el asiento de avión que perdí esta noche
Deberían haber muerto nuestras almas
-O haber ganado la batalla. -
Ahí van el sudor, el dolor y el llanto,
Sobre ese metal, pesado como el tiempo
Que se eleva al firmamento.
Recuerdo de lo que perdimos
Por preocuparnos ambos en perseguir estrellas
En arrebato aposté por intentarlo
Y perdí el latir de tus caricias.