viernes, 21 de agosto de 2020

Recompuesta tras la tormenta.

(Mi teclado no tiene tildes)


Encuentro en la palabra escrita una gran herramienta (incluso aunque a veces se me olvida!) para entrar en contacto con mis emociones. Permitirme expresarlas, sin pretender cambiarlas y sin juzgarme por victimista quiza sea una de las trabas que me ha ido alejando poco a poco de este habito, junto a muchos otros que antes me conformaban, como es la danza coreografiada. Esta bien aspirar a ser la mejor version de una misma, siempre y cuando eso no implique dejar de ser una misma. He olvidado en parte quien soy, y creo que es hora de abrazar, poco a poco, de nuevo aquellas cosas que aparque en el olvido por falta de prioridad.

Mostrarme al mundo es parte de esta lucha interna con el ego. Pero quiero poder ser hacia fuera en plenitud y desde mis profundidades, no solo en el liviano cotidiano donde las emociones son a veces sugestionadas o prescindidas. Aqui, ahora, soy yo, yo sola con solo mis energias, y abrazada por la claridad del silencio y la soledad. Aqui, yo sola, sola y entera, me abro y me entrego.

Y asi, encuentro tambien inspiracion en la lectura ligera, en los sucesos de mis suenios y en las narrativas televisivas que me recuerdan mi humanidad y mis anhelos. Y asi, abrazando la tragedia, sin apenas darme cuenta la trasciendo, y aunque se me queden resquicios polvorientos de la herida, realmente soy consciente del suceso.

Deseo compartir dos poemas, uno escrito ayer, ante una gran desilusion que ya temia que sucediese, y el otro de hace un momento.


20.08.20

Como una goma elastica

rebota, tras la tension, contra mi cara.

Mis lagrimas saltan

por toboganes ardientes

y el golpe me devuelve a la caja

de la que crei con el derecho de escaparme,. 

precabida a reprimendas.

Ahora, infante dolorida, anioro brazos que me atiendan.

Rodó `bajo la mesa y ahora ya no encuentro

el sentido de la vida.

Desbordan las desilusiones,

Constante sentimiento de caída.


21.08.20

Todo es provisional.

Estamos de paso 

por cada momento, en cada lugar.

La longitud temporal podría ser circunstancial.

En nuesta mano queda el decidir cuuando remar,

pero el viento también sopla 

sobre velas y veletas,

El viento sabe la ruta y puede hacertme girar,

demorartme o impulsar.

Dejo, pues, de buscar

libero el controlar y me entrego una vez mas.

A bordo de este barco existencial,

disfruto el balanceo, recordando,

dejar atrás de donde vengo 

sin quererme apresurar.



A aquel que lo haya leído, gracias de corazón, pues sin receptor no podría transformar en mensaje mis sentimientos. Y aprecio también el reflejo que me queráis aportar desde vuestros pensamientos a través de comentarios.

Un abrazo, también para aquellos que guardéis silencio. 


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